Hoy os queremos presentar la obra familiar “El pequeño Verne”, de la compañía Irú teatro. Esta obra es un espectáculo visual sin texto. Un argumento infantil dividido en siete escenas en las que transcurre el viaje del joven protagonista: Julio Verne. Momentos evocativos, oníricos y muy divertidos en los que el espectador comprueba como surge ante sus ojos la magia del teatro negro.
Representáis este domingo la obra El pequeño Verne. ¿Podéis hablarnos un poco sobre ella?
Es una obra de teatro negro, sin palabras, en la que el público acompaña a Julio, el niño protagonista que no quiere leer, en un viaje muy divertido que despertará en él el interés por aprender y el poder de la imaginación.
Es un espectáculo con títeres que van desde los 45 cm. a los 3 m. Perfecto para compartir en familia.
Se trata de un espectáculo que combina teatro negro y bunraku ¿podrías explicarnos un poco esas técnicas?
El Bunrraku es una técnica Japonesa que consiste en que, de las articulaciones de los títeres salen unas varas que permiten al manipulador darle vida manteniéndose muy cerca del títere. Si a esto le sumamos la complicidad de la luz ultravioleta que se usa en el teatro negro y que hace que el títere brille y que no veamos a los
manipuladores, el resultado es un espectáculo mágico, con una fuerza visual muy importante.
La puesta en escena parece espectacular y diferente. ¿Cómo reaccionan los niños?
Los niños se enganchan desde el principio con la aventura de Julio, el protagonista. Se emocionan, gritan, aplauden... Están muy acostumbrados a un lenguaje más visual.
Los mayores son los que se empeñan en entender cómo se mueve ese muñeco. Cuando a los 5 minutos se dan cuenta que no pueden, se relajan y es entonces cuando se pone al nivel del niño y jalean y aplauden como uno más.
¿Qué queda de Verne en esta obra? Es decir, ¿al adaptar una obra para el público infantil hay que sacrificar mucho de ella?
Nosotros hemos partido de una anécdota real de la vida de Julio Verne que es que él iba apuntando en fichas que luego clasificaba y guardaba en casa, todos los datos y descubrimientos científicos de los que se enteraba. A partir de esas fichas, Verne escribía sus novelas. Nosotros pretendemos hacer un homenaje a este
escritor, a su capacidad de partir de hechos reales para construir historias a priori increíbles pero que con el paso del tiempo casi se han hecho realidad. Proponemos un viaje por el imaginario de Julio Verne con la intención de que cuando termine el espectáculo, las personas que lo hayan visto tengan curiosidad por la obra del genial Verne.
Autor, director, intérprete, ¿es difícil “serlo todo”?
Cuando trabajas con amigos que, a base de kilómetros y escenarios casi se han convertido en tu famila, no es difícil para nada. El secreto es ponerle el mismo cariño al trabajo que a la charla en la furgoneta después de la función.
¿Cómo debe ser el teatro hecho para niños?
En IRÚ creemos que el teatro para niños tiene que tener el mismo rigor, nivel y profesionalidad que el de adultos. Tiene que tratar temas que a ellos les interesen, hablarles de tú a tú, sin hacerles sentir pequeños.
¿Qué aporta el teatro a los niños como espectadores?
Una forma muy eficaz de comprensión de ideas y de asimilación de conceptos. Pero sobre todo, tiene que entretenerles de una forma que la tele o los videojuegos no pueden, con la experiencia del vivir algo en directo, único e irrepetible.
¿y los niños al teatro?
Como poco aportan alegría y entusiasmo. Gracias a los niños se están abriendo nuevas formas de hacer teatro, todo para conseguir que, por lo menos, presten atención. Y lo más importante, los niños son los futuros espectadores.
Si uno de esos niños que viene a veros al teatro os dijese que, tras ver una de vuestras obras, ha encontrado su vocación, ¿Qué le diríais?
Le diríamos que luchase por ella, que se prepare bien y que no deje nunca de soñar.
Después, a los padres, les pediríamos perdón.
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